jueves, 10 de febrero de 2011

Hereafter

Ante la pregunta: ¿qué hay después de la muerte? se esconde el temor, la desconfianza, y por supuesto, la ineludible avidez por conocer la respuesta. Al paso que avanza la ciencia, parece que dentro de algunos años terminará siendo la única pregunta sin responder, y nos amedrenta dejar la casilla en blanco. Es el desconocimiento lo que nos asusta, junto a la idea de pérdida, de perder cuanto somos y cuanto poseemos.

"Más allá de la vida" no refugia su argumento en explicaciones pueriles sobre si hay o no vida más allá de la muerte, o qué pasa cuando te llega la hora. Tanto Peter Morgan como guionista, como Clint Eastwood como director, entregan sus esfuerzos en contar la historia de "un héroe que se niega a serlo", como ya explicó el maestro en una entrevista. Cada personaje tiene sus conflictos, y un modo particular de hacerle frente a la vida.
Quizás la muerte sea el lazo más puro y natural que vincula a toda la humanidad, y esta idea esboza una sensación de fragilidad. No podemos evitar que la delgada línea que nos separa de la muerte sea igual de franqueable tanto en ancianos, como en adultos, como en pequeños, aunque a veces nos cause pesar. El dolor, germen de la muerte, es el nexo que vincula la vida de los personajes que aparecen en la película. Todos y cada uno de ellos han tenido una experiencia cercana al final, ya sea a través de la pérdida o a través de una situación personal que les ha situado al borde, entre dos mundos.

Si algo he de agradecer a Clint Eastwood es la sinceridad con la que construye a sus personajes, no privándoles de las flaquezas y debilidades de las que son intrínsecamente poseedores, y otorgándoles el derecho al fracaso, al miedo, a la decepción y al pecado. Las buenas historias no parecen tener siempre un final, y abren surcos en la imaginación del espectador. Los personajes no encierran en si mismos la conformidad o la aceptación que nosotros, como seres imperfectos, buscamos, y son tan humanos que nos vemos reflejados en sus defectos, y en sus virtudes.
Por otra parte, si algo he de acentuar de la película es el arranque de la misma. Las imágenes del tsunami son estremecedoras, y, en este caso, podemos hablar de unos efectos especiales que están al servicio de una historia, y no al revés, como estamos tristemente empachados de ver.
Quizás el desenlace final resulta algo previsible, y eso resta fuerza al conjunto del film, pero aún así no decepciona. Estoy esperando que llegue "J. Edgar".

RF

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