lunes, 28 de septiembre de 2009

Una televisión pública sin publicidad

La decisión que ha adoptado el gobierno español de suprimir la publicidad en los canales públicos abre una nueva vía en el proceso de evolución y cambio del diseño de programación en televisión. Tratando de imitar el modelo francés, vamos rumbo a otro patrón distinto de prototipo televisivo en el que se tratará de purificar la televisión pública saneándola de todo aquello que no responda ante el nuevo pretexto de transformación. Sin duda, este cambio beneficiará y perjudicará a unos u otros. Las televisiones privadas acogen este proceso con entusiasmo y esperan aprovecharse de la situación lo máximo posible, ya que aquella porción de publicidad que corresponde a televisión española, ahora pasará a formar parte de su canal. En cambio, RTVE perderá una suma importante de ingresos publicitarios, por no citar el gran problema que supone tener que rellenar huecos con nueva programación.

En mi opinión, y pese a las repercusiones que el cambio pueda traer, considero que ya va siendo hora de dejar a un lado el abuso continuo de bombardeo publicitario, y que, por el amor de Dios, aunque solo sea en una cadena de televisión pública, podamos disfrutar de una programación libre de iniciativas consumistas. Estoy contento de que por fin se haya tomado a cabo la determinación de llevar a cabo esta tarea, y de que el objetivo de la televisión no sea tanto el ganar audiencia a cualquier precio, como sí hacerlo mediante principios morales y éticos, fomentando el desarrollo de una sociedad más culta. Por fin podemos arrojar una losa sobre el maquiavelismo para adoctrinar nuestro: "el fin no justifica los medios".

R.F

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