Después de algún tiempo dándole vueltas y de algunos
agradables reverses de la vida, he dado el paso y he salido de España. Digamos
que es algo que iba a haber hecho hace mucho tiempo, pero por diversas circunstancias
no me he atrevido o no he podido. Este verano casi tenía los billetes en la
mano cuando me llamaron para hacer una entrevista para trabajar como técnico
audiovisual en un ayuntamiento. Resulta que al final cogieron a un chico que
además es colega mío, pero a este le salió un gran proyecto y decidió renunciar
al trabajo. El siguiente en la lista era yo.
Estos cuatro meses, que prácticamente pasé trabajando de
fotógrafo, me permitieron conocer a una gran persona que hasta el día de hoy
alegra dulcemente mi corazón. Y finalmente, como no podía ser de otra forma, conseguí
un trabajo en la Isla de Wight (Reino Unido). Cogí el petate y me fui.
Creo que lo que más me llamó la atención nada más llegar fue
la integración racial y el respeto hacia las costumbres ajenas. Me pareció
curioso ver a un hombre trabajar en una construcción con turbante y larga
barba. Puedes ir a cualquier comercio y encontrarte con dependientes de todas
las nacionalidades posibles. Una buena amiga, al llegar a Londres, me confió
que en su trabajo hay quienes tienen permiso, debido a su religión, a detener
lo que estén haciendo a una hora concreta para ir a rezar. Por supuesto, no he
tenido ningún problema con mi vegetarianismo.
La gente como norma general es amable, sobre todo en las
ciudades pequeñas y en los pueblecitos como Yarmouth. Recuerdo cuando fui al
Big Ben y me crucé con una anciana hindú a la que sonreí y ella me devolvió mi
sonrisa multiplicada por diez. Cada vez que no entiendo algo en inglés están
dispuestos a explicármelo de mil maneras posibles.
Yarmouth es maravilloso. Las fachadas de las casas son muy
inglesas y hay zonas preciosas donde pasear, en concreto una, a la orilla del
mar.
Mis compañeros de trabajo son estupendos, pero cada uno vive
en su casa, así que mis relaciones sociales se limitan únicamente al trabajo,
en mi tiempo libre estoy solo. En estos ratos aprovecho a estudiar inglés,
leer, pasear, etc.
Problemas siempre hay, y momentos difíciles… Un pintor no
solo escoge colores brillantes para sus obras, los oscuros también son
interesantes. Es el contraste de luces y sombras lo que hace que un cuadro sea
hermoso.
Saludos desde Isla de Wight.